El Jóven Rico y el Rey Salomón
Tanto el joven rico del evangelio de Marcos como Salomón tuvieron que tomar una decisión muy difícil. ¿Qué desea tu corazón? ¿Riqueza, aventura, sabid...
Este artículo también está disponible en: Inglés, Italiano
Esta cartilla papal pretende aclarar ideas erróneas sobre el papado y explicar con palabras sencillas lo que enseña la Escritura sobre el papel de Simon Pedro y como la Iglesia Católica lo relaciona al papel del Papa.
Probablemente no exista una institución más distintamente católica como el papado. A un discípulo que es particularmente celoso a menudo se le describe como “más papista que el Papa”. Los anticatólicos de antaño repudiaron el papado y despotricaban en contra de los “seguidores del Papa”.
Pero una cosa que tanto los no católicos como los católicos tienen en común es el poco conocimiento sobre esta antigua institución. ¿Cuáles son las responsabilidades y tareas del Papa y cuáles son el origen y la naturaleza de la autoridad papal?
Primero comencemos por decirlo que el Papa no es. La Iglesia Católica no es una corporación multinacional ni el papa es su Gerente General. Tampoco es una República Federal con el Papa como su rey o presidente
La Iglesia es principalmente una comunidad de discípulos. En el Nuevo Testamento los cristianos a menudo son llamados hermanos. Por lo tanto, esta comunidad es una familia espiritual y no es de extrañarse entonces que a su líder mundial se le llame santo “padre”. De hecho, en español le llamamos Papa por su función de padre.
La mejor forma de comprender el rol del papa es leyendo los evangelios. Jesús tuvo muchos discípulos, incluyendo a María Magdalena, Lázaro y muchos otros. De entre estos discípulos escogió a 12 a quienes confío una responsabilidad especial. Les dio el poder de santificar a través de los sacramentos que ellos administraban (Juan 20:21, Lucas 22:19, etc.), la autoridad de enseñar lo que habían recibido de él (Mateo 28, 20) y el poder de gobernar la vida de la iglesia (Mateo 18:18)
Luego de entre ellos escogió a uno a quién cambió de nombre de Simón a Cefas o Pedro, qué significa piedra (Mateo 16 18). Esto nos da una pista del papel particular de este apóstol, ya que esta es la única ocasión en la que los cuatro evangelios registran un cambio de nombre iniciado por Jesús. Cuando Dios cambia el nombre de una persona en el Antiguo Testamento siempre es para enfatizar que esta persona tendrá un papel especial en su plan (por ejemplo, de Abran a Abraham)
Prácticamente todos los libros del Nuevo Testamento notan el papel especial de este apóstol, incluso si el libro está escrito por otro héroe apostólico. Por respeto, el discípulo amado deja que Pedro entre primero a la tumba vacía (Juan 20:5-6), convirtiéndolo oficialmente en el primer apóstol en ser testigo de la resurrección. Pablo, el apóstol nacido de forma anormal, no sintió obligación de pasar el tiempo con ningún otro apóstol excepto con Pedro (Gálatas 1:18). Al proclamar la resurrección a la gente de Jerusalén, es Pedro quien actúa como vocero de los apóstoles. El rol de Pedro es tan prominente que en los Hechos de los Apóstoles incluso se habla de “Pedro y los once” (Hechos 2:14).
Eso no quiere decir que Pedro haya sido más fuerte que los demás por naturaleza. Los cuatro evangelios narran la historia de su negación como un recordatorio perpetuo de su incapacidad de llenar las expectativas de su nuevo nombre por sus propias fuerzas. Es sólo después de que se derrama el Espíritu Santo en Pentecostés (Hechos 2) que recibe la capacidad para cumplir con este papel. De hecho, el Señor le permitió experimentar su propia debilidad, predijo su caída y le ordenó que una vez se fuese convertido y empoderado por el Espíritu Santo fortaleciera la fe de sus hermanos apóstoles (Lucas 22:32)
Pedro y los otros apóstoles se mantuvieron firmes a su profesión de fe, en muchos casos testificando con su sangre. Aunque su papel como testigos oculares de la resurrección del Señor es irrepetible, su ministerio de santificación, enseñanza y liderazgo en la comunidad de discípulos tendría que seguirlo otros que ellos elegirían, generalmente llamados “obispos” en el Nuevo Testamento. Estos obispos necesitaban un centro visible, una cabeza y un vocero que seguiría con el rol de Pedro en la Iglesia. Puesto que Pedro dio su vida por Cristo en Roma, el obispo de la iglesia de roma ha sido el sucesor d Pedro, el “Padre” no solo de los cristianos en la ciudad imperial, sino en todo el mundo.
¿Y qué hay sobre la doctrina católica de la infalibilidad papal qué es tan difícil de aceptar? ¿Acaso significa que un hombre una vez elegido para ocupar la silla de Pedro nunca más puede equivocarse?
Difícilmente. Volvamos al día en que se le cambió el nombre a Pedro. El señor preguntó a los apóstoles: “¿Quién dicen ustedes que soy yo? Pedro contestó, «Tú eres el Cristo, el hijo del Dios vivo». Jesús aclaró que esta respuesta no procedía de la sabiduría, ni del conocimiento teológico de Simón Pedro. No, esto fue revelado por el Padre de Jesús que está en los cielos. Esto sucedió para que la Iglesia siempre tuviera la certeza de lo que ha sido revelado por Dios para el bien de nuestra salvación. Más a menudo este carisma de infalibilidad ha sido expresado de forma solemne por los obispos en conjunto con el Papa a través de un Concilio ecuménico. Pero los concilios ecuménicos han sido muy pocos y sólo han ocurrido, en promedio, cada 100 años.
Entonces, para que la Iglesia siempre estuviera segura de lo que había sido revelado por Dios, el Espíritu Santo envía a los sucesores de Pedro la misma ayuda que le dio a Pedro en Cesárea de Filipo ese día. Así que cuando el Papa, en su capacidad como sucesor de Pedro (ex catedra), declara solemnemente que algo sobre fe (lo que creemos) o moral (cómo debemos vivir) ha sido revelado por Dios, está enseñando infaliblemente. Los católicos estamos en la obligación de creer en tales enseñanzas papales con fe divina, puesto que tenemos la garantía que provienen de Dios y su revelación y no en una opinión humana.
El Papa también puede emitir sentencia definitiva sobre asuntos de fe y moral, como lo que se necesita para celebrar válidamente los sacramentos o si el testimonio de la Sagrada Escritura o de la Tradición permiten que las mujeres sean ordenadas al sacerdocio. Una vez que el sucesor de Pedro emite dicha sentencia, los católicos ya no tienen nada de que debatir. Caso cerrado.
Sin embargo, el Papa rara vez ha usado su autoridad para definir dogmas infaliblemente, y sus sentencias definitivas, aunque que son más frecuentes, siguen siendo escasas. Y ¿qué hay del resto de sus enseñanzas? ¿Estamos en libertad de ignorarlas?
Para nada. Jesús ordeno tres veces a Pedro que expresara su amor a Cristo alimentando sus ovejas (Juan 21). Así que diariamente, el Santo Padre alimenta a la familia enseñando de varias formas: homilías, charlas a los peregrinos, prelados, líderes de estado, cartas apostólicas y constituciones, encíclicas y otros documentos. Los católicos debemos recibir dichos documentos con la “sumisión religiosa del intelecto y la voluntad” (Vaticano II, Lumen Gentium 25). Esto quiere decir que siempre debemos escuchar esas enseñanzas con gratitud y respeto, esforzándonos por abrir nuestras mentes y dejar que nuestras vidas sean transformadas por ellas.
La oficina del papa verdaderamente ha sido una brújula confiable para la Barca de Pedro mientras navega las turbulentas aguas de la historia. A través de los siglos, mientras prominentes lideres cristianos de varias sedes ancestrales sucumbieron a la herejía al estar bajo la presión de los emperadores, reyes y estudiosos. Sin embargo, el papa nunca ha fallado en seguir profesando la fe entregada por los apóstoles. En nuestro tiempo, hemos sido bendecidos con el testimonio del pontificado de San Juan Pablo II, uno de los más grandes maestros que ha ocupado la Silla de Pedro.
Demos gracias a Dios por el regalo del papado y mostremos nuestra gratitude abriendo este regalo y asegurándonos de usarlo en nuestras vidas.
No Comments