FIESTA DE BODA DEL REY – INVITACION RECHAZADA

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¿Por qué alguien rechazaría la invitación a una fiesta de boda digna de un rey? Esta parábola de Jesús describe una situación qué vemos a nuestro alrededor todos los días – apatía generalizada al encarar  la oferta de salvación y vida eterna en el Reino de los Cielos. ¿Cuál es la causa? Un pecado escurridizo pero mortal llamado Pereza.

Cuando tenía 16 años, mi vida era el rock ´n roll. Si mi propia banda no tocaba el sábado por la noche yo estaba entre el público escuchando otras bandas.

Nunca se me hubiera ocurrido pasar mis noches de sábado en una conferencia católica o en un retiro. A decir verdad, sin importar que tan noche  llegara a mi casa, nunca me perdí a la misa del domingo. Pero no porque fuera la fuente y el culmen de mi vida, sino porque no quería ir al infierno. Ser rostizado a fuego lento por toda la eternidad no me parecía nada bueno. Sin embargo, tampoco estaba de acuerdo con desperdiciar mis noches de sábado  en eventos parroquiales si no era estrictamente requerido por la ley divina.

Fiesta de bodas del Rey

¿A qué se debía esto?  Porque ansiaba la diversión, la alegría, la aventura y la realización personal y la Iglesia era el lugar menos esperado para encontrar estas cosas. El cielo era descrito como el “descanso eterno”, lo cual sonaba absolutamente aburrido.

Sin embargo, en el evangelio de San Mateo (22: 1-14), el Reino delos Cielos no se describe en términos de una ceremonia sin fin o de ángeles sentados sobre las nubes tocando sus arpas. Se  pinta en los colores de una fiesta de bodas –  una ruidosa y energizante celebración, con sabrosa comida, vinos selectos, bailes, risas y  camaradería.

Sin embargo, esta no es cualquier fiesta de bodas. Esta fiesta es digna de un rey puesto que el novio es un príncipe. Obviamente el anfitrión real no escatimará gastos y será verdaderamente una noche de gala.

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Los invitados se rehúsan a ir a asistir

Sin embargo, cuando los representantes del Rey emiten invitaciones personales a esta fiesta del siglo, muy pocos las acepta. En parte, probablemente sea culpa de los mensajeros. Tal vez sus caras monótonas y aburridas confirmaban las peores sospechas de los invitados – que cualquier cosa que el rey ofreciera sería aburrida.

¿Pero, de dónde surgieron estas sospechas en primer lugar?

Red de mentiras

El Profeta Isaías habla de un velo que cubre a todos los pueblos. Una red tejida sobre todas las naciones (Isaías 25:6-10). Es una red de mentiras tejida no por una araña, sino por la serpiente que primero engañó a Eva. De hecho, es una inmensa campaña propagandística que sutilmente está tejida en el mensaje de las películas, de los programas de televisión, y en los anuncios impresos. Incluso aparece en los planes  de estudio de los profesores y en  las conversaciones que se desarrollan en los vestidores de los atletas.

El mensaje es simple: “Haz lo que Dios te dice y no tendrás vida. Su reino, en el peor de los casos es esclavitud y en el mejor de los casos aburrimiento extremo. Debes rechazarlo y si verdaderamente tienes que creer en él, no desperdicie mucho tiempo, ni energía en la religión. Sólo dedícale a Dios el tiempo estrictamente necesario. Luego sal de ahí y vive tu vida.

Reino de Dios – un paseo divertido o una agotadora obligación

Es por eso que los conciertos de rock y los juegos de fútbol se venden como pan caliente, pero cuesta mucho llenar los templos de las iglesias. Es por eso que al Rey en la parábola le costó mucho  llenar el salón de su banquete de bodas.

Seamos honestos. ¿Consideramos la búsqueda del reino como un paseo alegre o como una obligación aburrida y cansada? ¿En lo que se refiere a nuestra vida espiritual, hacemos lo mínimo requerido o aprovechamos al máximo cada oportunidad? ¿Cuándo surge la oportunidad de crecer espiritualmente, ponemos la excusa de estar muy cansados, o muy ocupados, o hacemos que el reino de Dios sea nuestra prioridad principal?

Pereza – escurridiza pero mortal

La tradición católica habla de “Siete Pecados Capitales”. Uno de los más escurridizos y mortales a menudo es pasado por alto y precisamente por eso se vuelve escurridizo y mortal. Se llama Pereza o flojera espiritual.

¿Cuáles son los síntomas? La pereza percibe al Reino de Dios como aburrido y por lo tanto no encuentra las energías para su persecución. Todo lo demás – el trabajo, los juegos de pelota de los niños, las fiestas deportivas, ir de compras – toma precedencia, por lo que el perezoso nunca tiene tiempo de busca a Dios.

Un sabio monje me dijo una vez que el pecado más grande de nuestra cultura, tan hiperactiva y saturada de sexo, no es la lujuria sino que irónicamente es la flojera espiritual llamada pereza.

Yo creo que estaba en lo cierto.

Esta publicación sobre la parábola de la fiesta de bodas del Rey, los invitados que se rehusaron y la pereza, es una reflexión sobre las lecturas del Vigésimo Octavo Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo Litúrgico A – Isaías 25:6-10 (la red tejida sobre todos los pueblos), Salmo 23, Filipenses 4:12-20; y Mateo 22:1-14 (la parábola del Rey que ofreció un banquete de bodas por su hijo).

Traducción al español por Miguel Carranza

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