Todo lo que necesitas es amor

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¿Las anulaciones son divorcios católicos? Este artículo explica la controversial posición católica sobre el divorcio, la intimidad conyugal, el divorcio, volverse a casar y el celibato.

Los Beatles escribieron una canción que fue la sensación en 1967, “All you need is love” (Lo único que necesitas es amor). Este mismo punto fue enfatizado unos años antes en un concilio ecuménico de la Iglesia Católica.

Hechos para amar

Gaudium et Spes 24, La Constitución del Concilio Vaticano II sobre la Iglesia y el Mundo Moderno, dice: Dios es una Trinidad, una comunión de personas que derraman su amor mutuo desde toda la eternidad. Si los seres humanos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, entonces estamos diseñados para amar. No nos realizaremos como personas si no nos donamos con amor, sincera y completamente.

Este es el punto central de las lecturas de este domingo. Génesis 2 muestra a Adán en el paraíso, rodeado de esplendor y comodidades y sin embargo no se sentía realizado. Dios crea a los animales para que le hagan compañía. Adán puede disfrutar su compañía y ser su amo. Sin embargo, no puede entrar en comunión, en verdadera hermandad, con ellos.

El matrimonio es donarse por completo

Por lo tanto, Dios saca a la mujer de la misma carne de Adán. Cuando este despierta y la ve, se siente emocionado. Ella es la compañera ideal en todos los sentidos: cuerpo, alma y espíritu. Ella lo complementa y completa. Sin embargo, no ha sido creada como un “articulo” para ser usada por el hombre, ni mucho menos para ser descartada después de ser utilizada. El amor que nos hace como Dios es una comunión que no es fruto de tomar sino de donar. No se trata de donarse parcialmente sino de donarse completamente.

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Una de las características de los seres humanos es que tenemos un futuro. El donarse por completo implica donarse no solo en el presente, sino también en el futuro. Por esta razón, la verdadera relación matrimonial, fundada sobre el verdadero amor, tiene que ser “hasta que la muerte los separe”. Es por esto que, al referirse a este punto en las lecturas de este domingo, Jesús es intransigente y es por eso que la Iglesia Católica hasta este día sostiene la misma impopular posición de nuestro Señor en contra de divorciarse y volverse a casar.

Anulación

Pero ¿qué hay sobre el “divorcio católico” conocido como “anulación”?

Una declaración de nulidad no es un “divorcio católico”. Divorcio significa la separación de aquellos que se han convertido en un solo cuerpo y un solo espíritu. Pero lo que hace que un hombre y una mujer se conviertan en una sola carne y un solo espíritu no es una ceremonia presidida por un abogado o por un ministro religioso.  Es la intensión de ambas partes de donarse de una manera libre, total, exclusiva, permanente y estar abiertos a un acto de donación más profundo llamado paternidad.

Un decreto de nulidad implica que después de una ardua investigación por las autoridades eclesiales se ha determinado que, a pesar de la ceremonia, algo esencial hizo falta al donarse de una o ambas partes y por lo tanto el vínculo nunca se forjó.

Pudiera ser que uno de los esposos no tenía la intensión de que esta unión fuera “hasta que la muerte” los separara, si no “hasta que ya no sea conveniente”. También pudiera ser que alguno nunca quiso aceptar tener los hijos que Dios enviara y planeaba desde un principio usar cualquier medio para frustrar ese propósito. Un arreglo como este no es un matrimonio en el sentido católico y bíblico de la palabra, a pesar de lo que piense la sociedad.

El papel de la sociedad

Sin embargo, surge otra pregunta: Si estamos hechos para amar y Adán no estuvo completo hasta que se unió a su mujer ¿Qué nos dice eso de aquellos que no se casan? ¿Están acaso condenados a ser infelices y a vivir de una forma que no es humana totalmente?

Todo lo contrario. El Señor Jesús fue el hombre perfecto y, haciendo a un lado las fantasías del Código Da Vinci, nunca se casó. El derramó su amor por completo “hasta que la muerte nos separó.”

Muchos siguen sus pasos consagrándose al celibato. Otros siguen sus pasos de otras formas, sin los votos canónicos, pero silenciosa e incansablemente se donan a sus familias, amigos, pacientes, clientes y aquellos que se acercan con alguna necesidad.

Los Beatles tenían razón. Amor es todo lo que necesitamos. Pero, aunque Dios creó la intimidad conyugal y vio que era Buena, la esencia del amor no es el romance si no el donarse.

Este artículo sobre el amor, el matrimonio, el divorcio, la nulidad y el celibato es una reflexión sobre las lecturas para el Vigésimo Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo Litúrgico B (Génesis 2:18-24; Salmos 128; Hebreos 2:9-11; Marcos 10:2-16).

 Transducción al español por Miguel Carranza

 

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