Yo soy el camino, la verdad y la vida

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Yo soy el camino, la verdad y la vida – ¿Que quiere decir Jesús en Juan 14:1-2? ¿Acaso no hay muchos caminos que llevan hacia Dios? ¿Muchas verdades?

Cuantas veces has escuchado frases como estas: “Siempre y cuando creas en Dios y te esfuerces por ser una buena persona, tu religión no importa”. “Hay diferentes caminos subir la misma montaña, pero todos llevan a la cima”

Son frases de la sabiduría popular, políticamente correctas, que demuestran tolerancia y que suenan razonables. Sin embargo, son incorrectas.

El camino

Jesús tuvo el coraje de decir “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al padre si no es por mí”.

La autopista que conduce al cielo había estado cerrada por muchos siglos. Dios no había puesto ningún obstáculo, fuimos nosotros quienes lo hicieron. Las barreras que erigimos no podían ser movidas, al menos por nosotros. Dios era el único que podía abrir de nuevo el camino.

La verdad

También hubo un problema con la verdad y con la vida. Ciertamente los pueblos ya tenían algunas nociones sobre Dios, pero eran borrosas, fragmentadas y mescladas con distorsiones. En el mundo antiguo todos sabían que había un Creador al que debían adorar. Algunos pensaban que el tributo requería sacrificios humanos. Otros creían que existían muchos dioses. Unos pocos, como Aristóteles, se dieron  cuenta que solo podía haber un Dios. Sin embargo, el imaginó que este Dios era distante, frio e indiferente al sufrimiento humano.

La vida

Finalmente, se tenía un problema con la vida, con la vida divina. Incluso los judíos, quienes habían recibido más revelación divina que todos los otros pueblos, tenían problemas con este asunto. Ellos conocían la voluntad de Dios. Sin embargo, incluso el mejor de ellos no tenía el poder suficiente para cumplirla. David, por ejemplo, quedo indefenso ante la lujuria, el engaño e incluso el asesinato.

Jesús es el camino. De hecho, es un camino de dos vías. En él, Dios viene a nuestro encuentro, sin quedarse con nada, ofreciendo todo lo que es y todo lo que tiene. A través de Él y solo de Él, tenemos acceso a Dios hasta el punto que ahora lo llamamos “Abba”, Padre.

Jesús es la verdad. No solo parte de la verdad sino toda la verdad. Él es la eterna y perfecta palabra de Dios que expresa quien es Dios, como es El, quienes somos nosotros y lo que debemos hacer para salvarnos de la miseria y la futilidad.

Y Jesús es la vida. No solo nos da mandamientos e ideales nobles, sino que también nos da el poder para vivirlos, el poder para convertirnos en personas nuevas. El Poder es el mismo Señor y Dador de Vida, el Espíritu Santo, a quien el Señor derrama sobre los que lo aceptan a Él.

Mayores obras

Así que solo hay un Camino, una Verdad, una Vida y un Sacerdote que ofrece un sacrificio perfecto por nuestros pecados. Entonces, ¿por qué nosotros somos llamado sacerdocio real (1 Pedro 2)? ¿Cómo es que los que creemos en Él realizaremos obras más grandes que las que Él realizó?

La respuesta es muy simple: Nosotros hemos sido bautizados, ya no existe separación entre Él y nosotros. Somos bautizados en Él, nos convertimos en miembros de su cuerpo y Él comienza a vivir su vida y ejercitar su sacerdocio a través de nosotros.

Si se lo permitimos, usará nuestros labios para esparcir su verdad, nuestras vidas para mostrar el camino y nuestro amor para dar vida a otros. Y las obras que realizará a través de nosotros superarán por mucho las que Él realizó en los tres cortos años de su ministerio público. Más hambrientos serán alimentados, más enfermos serán sanados, más libros serán escritos. Los tiránicos imperios ateos serán derrumbados. Las Buenas Nuevas serán predicadas no solo en Galilea, sino en todos los confines de la tierra, no solo en persona, sino llegando a millones de personas al mismo tiempo, a través de la radio, la televisión y el internet.

Sacerdocio real

Sin embargo, la obra más grande que El realizará a través de nosotros será enseñarnos a ser sacerdotes, a ofrecer el sacrificio espiritual de nuestras vidas (Romanos 12:2) al Padre a través de Él, con Él y en Él. El  significado de la vida humana es amar y el mayor regalo que hemos recibido de Dios es el poder donarnos.

Este sobre Jesús como el Camino, la Verdad y la Vida se ofrece como una reflexión sobre las lecturas para el Quinto Domingo de Pascua, Ciclo A (Hechos 6:1-7; Salmo 33; I Pedro 2:4-9; Juan 14:1-12)

Traducción al español por Miguel Carranza

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